Review: Orquìlux - The Desire to Vanish Myself


Mira esa portada, ¡Dios Mio! ¿Cómo describir ese contrastes de luces con respecto a la negrura del espacio? Detalles que juegan un poco con el fenómeno psicológico llamado pareidolia, el cual es un pequeño juego mental que nos permite relacionar patrones familiares en fenómenos externos, en este caso, así como puedo ver una persona sentada al filo de la ventana, también puedo llegar a ver un ave que entran de manera súbita a dicho espacio, como a punto de ser absorbido por el mismo... Bastante poético si me lo permites. Ahora, con respecto al album en si, hay muchisimo que comentar, ya que hay que tener en cuenta que no estamos ante el clásico álbum de metal extremo al cual les tengo acostumbrados a traer, sino más bien una especie de experimento que combina un poco de la crudeza del Doom Metal con Folk poco tradicional, y con esto me refiero a que, en ocasiones, ese Folk suele sonar un tanto disonante con respecto a las partes más extremas, como por ejemplo, en el track A Splendid Light , con ese bello sonido de flautas, desentona un poco con los primeros minutos de la canción, la cual se puede decir que está dividida en dos, si nos ponemos un poco más estrictos, la parte extrema junto con la parte ambiental. A veces me recuerda un poco a los primeros trabajos de Opeth, pero también me recuerda bastante a ese experimento llamado Пісні скорботи і самітності (Songs of Grief and Solitude) de Drudkh, por lo cual no está mal, de hecho, te puedes encontrar pasajes bastante hermosos como en la canción Trying to Reach, el cual coquetea un poco con el Neoclásico, lo cual ya será de tu criterio si este tipo de obras te gusten o no. Como sea, y si te das una oportunidad de escuchar este trabajo, te darás cuenta que Moving Light, The Bell Tower o Embrace son cartas que pueden darle la oportunidad a Nicholas Parente y Damiano Cerquito de crecer como artistas, ya que The Desire to Vanish Myself es un álbum bello que recoge pasajes elocuentes dignos de un soundtrack al estilo de Tolkien o R.R Marty. Aunque si me lo preguntaras, yo quitaria un poco la inclusión de metal extremo para darle más protagonismo al resto de la instrumentación. ¡Ah! Y una observación más, uno de los peores pecado cometidos en este estilo es que las canciones suelen ser demasiado largas, por lo que las hace aburridas después de un rato de escucharlas. Orquìlux carece de esto, y es una bendición encontrar este tipo de trabajos donde las composiciones son bastante compactas y directas, sin ser redundantes y, sobre todo, permitiendo que el género Neoclásico pueda ser escuchado por una masa más grande de gente. Un excelente trabajo.

4 estrellas de 6: Decente

Hasta la Próxima.

Arkhon.


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