Estaba leyendo algunos comentarios respecto al estilo del álbum que nos reúne el dia de hoy, y hay una comparación interesante con Smashing Pumpkins, de los cuales no soy un iletrado en cuanto a su material se refiere, ni mucho menos a sus primeros trabajos en la escena rockera, por lo que no puedo tener la referencia completa. Lo que si puedo decir es que si que tiene esa esencia de ese post-punk podrido de principios de los noventas, mezclado de manera muy rara con lo que se podía denominar Black Metal de última generación. Vamos a ver, que los Blast Beats están a la orden del día, y el trabajo en las voces, a pesar de no ser el clásico tono apagado y gris como lo experimentamos en Lifelover, tiene ese toque indie que los convierte en una propuesta... diferente. Que también tiene los berridos característicos del género todo hay que decirlo, pero al igual con la voz, esa escala de acordes tiene cierta familiaridad al rock indie con toques de rebeldía juvenil. No se realmente que es lo que está pasando en este álbum, lo que sí puedo asegurar es que el material viene cargado de una nostalgia peculiar que no cualquier fan de lo extremo va a saber apreciar, acá la librería musical está un poco más amplia y mis conocimientos no llegan a donde quisiera para poder describir lo que este corto album trae para el público. Lo que sí puedo asegurar es lo que siento en este momento, y lo que siento es una sensación de indiferencia que crece conforme pasa el tiempo. ¿Suena bien? Por supuesto, pero para uno que está acostumbrado a cosas un tanto más extremas, si que puede comprometer un poco la escasa objetividad con la que uno hace las reviews en este sitio. Por lo que si tienes un tiempo libre, y tienes muchas ganas de experimentar de primera mano cómo suenan las guitarras sin trastes, o que pasaria si Soundgarden o Pixies se encontrarán con el metal extremo, este material es tuyo definitivamente.
Lo bueno: Composiciones interesante con una voz irónica pero oscura, trayendo esa rebeldía noventera justo en la vena de los que vivimos parte de esa década con la frente en alto y con un montón de proyectos dignos para la posteridad.
Lo malo: A veces la experimentación suele ser chocante, y el no poder tener una idea clara de por donde se mueven las influencias dispara una alarma de lo desconocido. La nostalgia es buena, pero en exceso detiene la evolución y la experimentación al no salir de la zona de confort a la que estamos tan sumergidos.
Tracks Recomendados: Something, Three Seconds (Radio On).
3 estrellas de 6: Pasable.
Hasta la Próxima.
Arkhon.
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