White Ward ha sido uno de esos experimentos interesantes de esta década por terminar, y no es para menos, ese estilo barriobajero, con un feeling a película noir mezclado con un Black Metal técnico y de muy buena manufactura ha llamado la atención tanto a propios como a extraños dentro de la escena. Y esta vez, en este 2019, estos ucranianos han regresado aún más oscuros y potentes sin abandonar ese sonido característico de anteriores producciones. Para empezar, ya desde el track Love Exchange Failure, inicia con esa intro muy de bar de medianoche, al calor de las copas con los cigarros consumiéndose mientras en la rocola suena esa especie de tonadas disonantes endulzadas con bello saxofón, para después romper dicha armonía con los claros Blast Beats del género y esas guitarras con distorsión caótica pero bien pulidas. También cabe destacar que la mezcla de sax con los momentos más intensos de la canción está mucho mejor integrada que en el álbum anterior, haciendo una interesante dinámica entre toda la instrumentación clásica del Black Metal con esta inclusión de melodías dulces que solo puede proporcionar el saxofón.
Durante el disco se nota un tono apagado y melancólico pero que no deja de ser intenso, y para eso tenemos Poisonous Flowers of Violence, que en ocasiones me llega a recordar a proyectos de la talla de el super grupo Twilight, dejando a un lado, al menos por ciertas ocasiones, esas melodías alegres características de bandas como Deafheaven o Ghost Bath, dándose para si mismos una identidad particular que los diferencia del resto, algo que hay que agradecer por que son este tipo de acordes que atrapan al oyente con una facilidad increíble sin necesidad de recurrir a la melodía fácil y enganchadora, muy bien ahi la verdad.
Aunque déjenme decirles algo, como no todo en la vida es atasque, conforme pasa el álbum, he de decir que me he encontrado con una sorpresa bastante agradable si me lo preguntan, y es que a pesar de tener composiciones de muy buena manufactura, y para eso tenemos la hermosa No Cure for Pain, Surfaces and Depths destaca por esa melancolía profunda y un dulce saxofón que acompaña muy bien en un viaje taciturno que pocas composiciones logran en esta época. Todo esto acompañado de la increíble voz de Renata Kazhan (Zzukor Zzov), la cual tiene un timbre de voz muy particular y fácilmente identificable. Mi canción favorita y un álbum que pasara a la posteridad como uno de los mejores de 2019 en definitiva. Recomendado.
Lo bueno: Catarsis y melancolía, dos adjetivos que calzan muy bien con el concepto del álbum.
6 estrellas de 6: Obra Maestra.
Hasta la Próxima.
Arkhon.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario